Undercover Buenos Aires

miércoles, marzo 15, 2006

Puerto Madero: la palestra de la fantochería

¿Titanes en el ring? Alan Faena, ícono del glamour (?) en Pto. Madero y Raúl Castells, "lider piquetero".

La instalación del restó Castells en Pto. Madero abrió una absurda controversia acerca de la convivencia de las clases sociales en nuestro país. Esto pudo notarse en el enfoque que la mayor parte de los medios masivos de comunicación dieron al tema: ¿Existe una Argentina para los ricos y otra para los pobres? ¿Es otra provocación piquetera?¿A los ricos le molestan los pobres y a los pobres, los ricos?
Mucho se ha hablado al respecto: que el desprecio y la discriminación alimentan el odio y el resentimiento y que en ese sentido no hay salida posible para no terminar acrecentando cada vez la brecha entre un sector y otro. No es dificil comprender como pudo desatarse esta extravagante polémica que no hace más que evitar el debate más profundo.
El reinado del absurdo
Los medios han sido eficaces en banalizar el tema pero Castells logró su cometido produciendo un alto impacto mediático luego de presentar su candidatura a Presidente de la Nación. Nada va a cambiar en Puerto Madero por más gente humilde que pueda acercarse hasta el comedor que terminará siendo un ingrediente decorativo en la inmensidad inmobiliaria del barrio más joven de Bs.As.
Poco puede importale a los pobres desentonar en Pto. Madero, por donde a diario se pasean radiantes y ufanos hombres y mujeres de los supuestos estratos más altos de la sociedad ataviados a la moda, manejando autos último modelo, a quienes, por añadidura, les pica la presencia del populacho y sus costumbres . Por otro lado, resulta útopico pensar que los pobres podrían sofisticar su vestimenta y los ricos afinar su sensibilidad social. ¿Pero, por qué deberían hacerlo?
"En unión y libertad" reza la misma moneda que unos piden "para el sanguche", entre infalible a la hora de caretear (la comida es eficaz para sugestionar a los beverly ricos) y otros utilizan para completar la propina, luego de un opulento almuerzo a la vera de los docks. Esta es la realidad que no va a cambiar. Los vecinos de Puerto Madero pueden dormir tranquilos: no existe nada que pueda superar a la realidad misma.

lunes, febrero 27, 2006

El idioma de los porteños


El lunfardo, jerga que originariamente empleaba, en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, la gente de mal vivir ha dejado, sin lugar a dudas, su marca en el lenguaje actual de sus habitantes. También conocido como "el dialecto de los ladrones", el lunfardo puede compararse con otras jergas del hampa alrededor del mundo, como es el caso del slang en Inglaterra y Estados Unidos, el argot en Francia, el españolit en Israel o el shargon en Rusia.
A continuación, pueden verse ejemplos de algunos términos y expresiones que perduraron a través de los años, y que, poco a poco, fueron forjando la idiosincrasia porteña:
-bardo: problema, contrariedad, complicación.
-carpa, carpe, carpusa o carpeta: actuar con destreza, ingenio, inteligencia, perspicacia, experiencia.
-carpetear: mirar con disimulo
-comérsela doblada: ser perjudicado sin protestar.
-cometa: comisión ilícita, comisión que percibe el organizador de juego clandestino// retribución al intermediario en una compra o licitación// dádiva, soborno, cohecho a un funcionario para que despache favorablemente o con brevedad un asunto .
-chamuyar: conversar, hablar confidencialmente// tratar de convencer con palabras a una persona.
-chabón: chapucero, inexperto, muy torpe, poco hábil// estúpido, bobo// distraído
-cheto: afer. de concheto. Joven que viste a la moda e imita la vida de la gente pudiente.
-garfios: dedos de la mano, especialmente lo del punguista
-garrón: conseguido sin pagar ; gratuito// beneficio //. Comerse un garrón: ser víctima de un perjuicio.
-manija: incitación a drogarse. Actualmente, "quedar manija" suele utilizarse para cualquier cosa que no produzca total satisfacción.
-ortiba: vesr. de batidor, delator, alcahuete, soplón. Este término es muy usado, en la actualidad, por jóvenes de clase baja pero también por otros de clase media y alta. También, ortiva.
-pierna: individuo muy listo, ingenioso. Compañero, aliado.
-sacar foto: mirar detenidamente, observar.
-seca: pitada de cigarrillo de marihuana
-rati: vesr. de tira. Pesquisa, policía.

Como puede observarse, todos estos vocablos suenan familiares y forman parte de nuestro lenguaje cotidiano. Por este motivo, es significativo conocer su origen, que no es otro que el del bajo Buenos Aires, aquel submundo donde la bohemia, la locura y el delito se estrechan la mano para dar lugar al ingenio y a la creatividad. Algunos surgieron por necesidad, en el caso de los términos relacionados al mundo del délito, en donde su utilización se basa en la premisa de que aquellos términos no fuesen identificados por el resto de la sociedad o las autoridades; otros por aburrimiento o mera diversión. Lo cierto, es que estos vocablos y expresiones han sobrevivido al paso de las décadas, incorporándose a las nuevas generaciones. En este reciclaje linguístico, las palabras que se infiltran en nuestro habla, nos llegan, muchas veces, deformadas como también su significado. Esto se debe, talvez, a que no haya demasiados registros escritos de las mismas y a que fueron trasmitidas a través del boca en boca.

miércoles, octubre 05, 2005

La City

La City (nótese la picaresca combinación del artículo definido “La” con la palabra “City”, ciudad en inglés) es lo que conocemos como el downtown de Buenos Aires. Muchas veces las denominaciones populares nos ayudan a comprender mejor la esencia de cada barrio. Tal es el caso de "La City", área a la que también se la conoce como "Microcentro" que, a la vez, es el apelativo que se le da a los barrios que conforman el distrito financiero de Buenos Aires: San Nicolás y parte de Retiro.



El Microcentro, a simple vista, aparenta ser el reinado del anonimato, un laberinto de tiesos rascacielos cuyos cristales espejados reflejan un cielo fragmentado y lejano. Tanto el día, con la histeria propia de toda zona céntrica, como la noche, momento en el que La City comienza a evacuarse, tienen en común la particular sensación de estar sumergiéndose en el completo anonimato de miles de rostros vacíos que deambulan por las calles y avenidas despojados de toda esperanza; entes que, como hormigas, responden sin objeción a lo que la cuadrícula demanda. ¿Cómo no sentir la pequeñez de nuestra existencia ante la opresión de las paredes de aquellos edificios que parecen ensimismarse en las alturas, confundiéndose con su propia sombra? ¿Quién puede reconocerse en ese mar de gente que va y viene sin más sentido que el de una lógica perversa, que esconde, al mismo tiempo, la angustia de ser y no ser? ¿Cómo soportar la ignonimia de esta vida monótona e iterativa?



A pesar de que en Buenos Aires no se ha preservado el patrimonio histórico de la forma en que se debiera (teniendo en cuenta el valor edilicio de sus construcciones, sumado al desinterés de la sociedad por el mismo), la City cuenta con diversos tesoros arquitectónicos, sobre todo en lo poco que queda del “casco antiguo” de la ciudad (Plaza de Mayo y alrededores), pero no solamente allí: Av. de Mayo, Diagonal Norte y Sur , L.N.Alem/Paseo Colón son arterias que irradian belleza edilicia en casi todo su recorrido.

Por su cercanía al Río de la Plata y al puerto, La City y Pto. Madero son lugares que invitan a la fuga. Pto. Madero (al igual que los “Docks” londinenses) es una antigua zona portuaria cuyos docks han sido reciclados construyéndose elegantes departamentos y oficinas. El atractivo del lugar reside en la belleza de sus edificaciones, la cantidad de espacios abiertos y el hecho hallarse atravesado por un dique, espejo de agua en el cual, por las noches, fulguran los candiles generando un entorno mágico y apacible que contrasta con el fárrago de “La City”. Actualmente, en Pto Madero se están llevando a cabo gran cantidad de emprendimeintos inmobiliarios que, inevitablemente, terminarán afectando la fisionomía del barrio por completo.

martes, septiembre 27, 2005

La maldición del Spinetto


La triste historia de un viejo mercado. devenido en un ambicioso shopping center que terminó convirtiéndose en un ordinario paseo tercermundista.


Fue concebido como un prometedor shopping center pero, por algún extraño motivo, resultó en un fracaso rotundo. Luego contrajo un extraño virus. Conozcamos su historia:

El Mercado Ciudad de Buenos Aires, conocido popularmente como Mercado Spinetto fue fundado por David Spinetto en el año 1894 y ocupaba la manzana delimitada por Alsina, Moreno, Pichincha y Matheu. En 1918 se construyó el anexo de Alsina 2440, con frente a Matheu y Moreno.
En un principio funcionó como mercado mayorista al cual llegaban las carretas de las quintas de los suburbios con sus frutas y verduras. Los puesteros -muchos de ellos italianos- vivían en el mercado y los abastecedores alquilaban las piezas del primer piso, donde a veces pasaban la noche.
En 1986, "El Hogar Obrero" se hizo cargo de la remodelación del viejo edificio.
Luego del controvertido cierre del viejo mercado Spinetto, que terminó dejando a muchos puesteros, changarines y demás trabajadores del rubro en la ruina, comenzó a construirse un ambicioso proyecto llamado shopping Spinetto, el cual contó con la afanosa y delirante idea de construir un puente entre el shopping y el anexo a la manera del Alto Palermo. Cabe destacar que fue en la década del 90 cuando los Shopping Center tuvieron su apogeo (Paseo Alcorta, Alto Palermo, Abasto de Bs.As.) de manera que la creación del Spinetto en el barrio de Balvanera parecía condecirse con esa tendencia. Ahora bien, Balvanera no era Palermo ni el Spinetto el Paseo Alcorta: hasta bien entrada la década, el barrio como expuse en el post anterior estaba conformado por familias de clase media y clase media profesional, en su gran mayoría hijos de inmigrantes europeos. Dato que debió haber cobrado importancia a la hora de realizar un estudio de mercado para demostrar la viabilidad de la remodelación y para que las grandes marcas eligieran instalarse allí. De hecho, los primeros años de vida del shopping fueron relativamente exitosos, si bien nunca llegó a ser el shopping de moda de B.A., en lo que a marcas se refiere, durante esos años, estuvo a la altura de los demás.
Sirviendo de escenario para diversas producciones televisivas y algunas publicidades. Algunos habitantes de Balvanera se vieron esperanzados ante la creación de un Shopping Center, suponiendo que un emprendimiento de semejante envergadura “levantaría” al barrio. Por motivos que trataremos de dilucidar, el nivel del barrio, lejos de alzarse, terminó cayendo estrepitosamente.

El Maleficio

Pero ¿qué fue lo que pasó?¿Por qué nunca se construyó el puente al anexo?¿Por qué las grandes marcas huyeron despavoridas?
El del Spinetto al igual que el del barrio es un fenómeno complejo, muy difícil de comprender a simple vista, proceso que requiere un análisis profundo y sin velos de lo
que fueron los últimos veinte años en la Argentina.
Como ya sabemos, el barrio comenzó a poblarse de inmigrantes provenientes de países limítrofes, seguramente por su céntrica ubicación y su cercanía a la estación de trenes. Muchos de estos inmigrantes, hoy, son propietarios de muchos de los locales que circundan al shopping: verdulerías, carnicerías y casas de comida principalmente. Este flujo migratorio que se acentuó durante la última mitad de la última década del siglo XX y responde a causas políticas, económicas y sociales generó que muchos de los antiguos habitantes del barrio vendieran sus propiedades y abandonaran la zona tanto por el temor a la inseguridad que este recambio pudiese generar así como también por una cuestión relacionada al “prestigio social”, prueba de esto fue la abrupta caída de los precios de las propiedades de la zona : por ejemplo, un dpto. de 90 m. situado a una cuadra del shopping pasó de valer u$s 90.000 en 1998 a u$s 50.000 en 2005.

El viejo Spinetto era el mercado más grande del barrio, después del Abasto. El cierre del mismo significó para muchos de los trabajadores la perdida de sus puestos y la ruina económica. Como se aclaró al principio de esta reseña, muchos de ellos dormían en el mismo mercado, por lo que no sólo quedaron sin trabajo, también perdieron el techo. Al día de hoy, pueden verse a algunos de ellos vagando por las inmediaciones entregados al sopor alcohólico y a la total desesperanza. Otros corrieron mejor suerte y asociándose lograron mantener su fuente de trabajo, fuera del ex mercado, por supuesto, que pasó a convertirse en supermercado con la llegada del shopping center. Hasta mediados de la década del 90, distintos grupos se hicieran cargo -sin exito- del manejo del supermercado del shopping , para entonces el shopping contaba con un simpático patio de comidas con diversas opciones entre ellos la casa de comidas rápidas Mc. Donalds.

Un misterioso virus

Con la llegada de Coto al Spinetto, el supermercado pasó a convertirse en Hipermercado Coto con todo lo que eso significa: al igual que en las sucursales de Belgrano y Tribunales, Coto montó su Patio de comidas en el segundo piso del shopping. Rápidamente, la marca Coto comenzó a expandirse comenzó a expandirse como un virus dentro del Spinetto, copando el segundo piso por casi completo con su patio de comidas y su zona de entretenimientos. Esto generó que muchas de las marcas que hacían uso del Patio de Comidas se fueran ; sí, aunque cueste creerlo, hasta Mc.Donalds terminó abandonando el Spinetto lo que significó la hora suprema del shopping resurgiendo como el ave fénix , con el arribo del nuevo siglo, en un Mega Coto.
Hoy en día, Coto cuenta con una zona de venta de ropa, una zona de esparcimiento para niños y otra para adultos y adolescentes (pool, bowling, etc.) convirtiendo el shopping en un recorrido obligado para los nuevos vecinos del barrio (a quienes nos referimos en los párrafos anteriores).

Actualmente, poco queda del otrora Shopping Center: sólo la perfumería y alguna que otra tienda de ropa perduran, al tiempo que se redujeron las entradas de acceso y parte del complejo, se instaló un extraña feria de las colectividades (?), un cyber y por supuesto, el universo Coto en su máxima expresión. Lejos, muy lejos de los grandes shoppings de Buenos Aires, el Spinetto se ha transformado en un paseo tercermundista, una suerte de shopping popular instalando un nuevo concepto en materia de shoppings: locales itinerantes, venta de productos de baja calidad, entretenimiento barato, etc... es decir, todo lo que hace a un paseo ordinario y asequible.

miércoles, septiembre 21, 2005

Eleven Soho




"El Once” , mas allá de tener muchos aspectos en común con otros distritos comerciales, es un lugar único e irrepetible, quien se aventure a transitarlo experimentará la insondable sensación de que es allí donde todo ocurre, donde revienta la noticia . Sin embargo,"El Once" es un barrio virtual, que es la denominación popular que se le ha dado al barrio de Balvanera: un interminable conglomerado de sucias, roídas y abúlicas medianeras que ocultan, al mismo tiempo, tesoros y miserias. Esta circunscripción carece de espacios verdes extensos y es, por este motivo, que el oxígeno parece estar reservado para quienes viven en las alturas. El humo de autos, colectivos y camiones se hermana con la estridencia y la polución sonora provocando una atmósfera densa que envuelve las aceras sin dejarlas respirar hasta la llegada de la noche.



Balvanera Norte vs. Balvanera Sur

Para comprender la configuración del barrio debemos hacer antes algunas salvedades: en primer lugar su verdadero nombre es Balvanera que no gratuitamente se encuentra dividida por la Av. Rivadavia (¿la más larga y venosa del mundo?) entre Balvanera Norte y Sur.
Balvanera Norte (delimitada por las calles Gallo al oeste, Rivadavia al sur, Callao al este y Córdoba al norte), es lo que, comúnmente, se conoce como “El Once” pero que en lo sucesivo llamaré “Eleven Soho”. Esta región alberga, en su mayoría, colectividades provenientes del oriente medio: judíos ortodoxos y otros no tanto, algùn que otro árabe que, aunque cueste creerlo, en “Eleven Soho” conviven en paz. En gran parte, están dedicados al negocio de la tela e importaciones berretas. Durante el día, esta actividad comercial genera una gran afluencia de gente, lo que hace que muchas veces las calles se vuelvan intransitables. El boom de las importaciones tuvo su apogeo en la década del 90 con la llegada de la (entonces) celebrada convertibilidad: comenzaron a instalarse varios locales pertenecientes al rubro abocados a la importación de artículos electrónicos de origen asiático con nombres alusivos como “Todo Miami”, “Miami Import”, etc. Quien haya tenido la suerte (¿?) de conocer Miami (Flagler´s Street-Downtown) habrá encontrado cierta similitud entre ambos distritos comerciales. Con el correr de los años y el advenimiento de la "crisis", estos locales fueron desapareciendo, quedando sólo aquellos dedicados a la importación de “chucherías”: productos de dudosa calidad, la mayoría de origén chino, tailandés, etc.
Al día de hoy, la actividad más importante de “Eleven Soho” es el comercio de la tela (jersey, gross, frisa, etc.), la misma que luego conformarán los más variados diseños de indumentaria, interiores, muebles y objetos nacionales ; con la llegada de la devaluación económica y el alto crecimiento del turismo internacional, esta zona se ha convertido también en una suerte de “tour de compras” para extranjeros.
Por este motivo, la denominación “Eleven Soho”, en clara alusión a “Palermo Soho", barrio que poco tiene de Soho , y mucho de marketing, el cual prefiero llamar “Palermo trans” (transgénico).


Balvanera Sur, como su nombre lo indica, se encuentra al sur de la Av. Rivadavia y difiere bastante de su tocayo del norte. La mayor parte de esta zona está habitada por familias de clase media y en menor medida, clase media profesional. A partir de la década del 90 fue poblándose también de varias colectividades latinoamericanas principalmente oriundos del Perú, que al igual que en la zona de Abasto se establecieron en hoteles, pensiones y casas tomadas. Esta tendencia fue afianzándose en los últimos años probablemente por su cercanía a la estación de tren. Es oportuno destacar que tanto la afamada zona de "El Abasto" (llamada así en referencia al viejo mercado del Abasto devenido en shopping center) como “El Once” son o fueron zonas tangueras por excelencia que supieron dar refugio a los más variados personajes, autores y cantores del género.


En Balvanera Sur al igual que en “El Abasto” abundan los “conventillos”, hoteles de pasajeros, residenciales y casas tomadas que tienen el denominador común de albergar familias de inmigrantes latinoamericanos y del interior del país. Estas precarias viviendas, en muchos casos, suelen servir de guaridas para malhechores y bandidos pero que, en algunos casos, tambien las habitan familias de trabajadores que a menudo son los que pagan las consecuencias de los ilícitos que cometen aquellos intrusos.

En ambas zonas encontramos la más variada gama nacionalidades, ya sean peruanos, paraguayos, brasileños, dominicanos, cubanos, chinos y en los últimos años también africanos, lo que las convierte en un espacio ecléctico en el que abundan los “restaurantes turísticos”, puestos de venta callejera de especies, tolderías y ferias…

Así como París tiene su barrio latino, Buenos Aires, como toda ciudad cosmopolita, también cuenta con el suyo. No obstante, ciertos sectores de “El Once” podrían confundirse con el típico lugar al que los norteamericanos, cuando filman sus películas de narcos, terrorismo y conspiraciones ubicarían como "somewhere in southamerica".


La supervivencia nocturna

Todo el barrio es una gran zona roja, en donde puede encontrarse ofertas de todo tipo. Por las noches, cuando la negrura del asfalto se confunde con la cerrazón del firmamento, “El Once" se tranforma, es cierto, en una suerte de Harlem porteño: abunda el potingue y la prostitución, los delitos contra la propiedad y la indigencia. Pueden encontrarse los más siniestros personajes del sub-mundo: andróginos y execrables musarañas que asoman de las alcantarillas en busca de su deletéreo aliciente poniendo en jaque la tranquilidad de la noche, momento en cual comienzan a oírse el incansable palpitar de las sirenas, el estropicio de los botellazos, la resonancia de algunas detonaciones y el bullicio de los bramidos, acompañados por el hipnótico machaque de la “cumbia ambiental” .


Efectivamente, es un barrio abstruso, retorcido y decrépito, no apto para pavorosos. De todas maneras sería injusto con otros barrios catalogar a "El Once" como un lugar peligroso, su mayor aversión recae en lo estético: la horrorosa edificación, la desidia de muchos de sus habitantes, la mugre de las veredas, etc. Sin embargo, su encanto reside en la candencia de su compleja y multifacética existencia, su constante estado de ebullición; como manifesté al principio de esta exposición, "El Once" es el lugar donde todo ocurre, donde la vorágine cotidiana toma un matiz extremo. Para aquellos apasionados de la literatura fantástica, sin duda es un lugar de inspiración.
  • Algunas curiosidades sobre el barrio
Jorge Luis Borges escribió la siguiente milonga con música de Astor Piazzolla en la cual se refiere al barrio de Balvanera:

Milonga de Jacinto Chiclana


Me acuerdo. Fue en Balvanera,
En una noche lejana
Que alguien dejó caer el nombre
De un tal Jacinto Chiclana.

Algo se dijo también
De una esquina y de un cuchillo;
Los años nos dejan ver
El entrevero y el brillo.

Quién sabe por qué razón
Me anda buscando ese nombre;
Me gustaría saber
Cómo habrá sido aquel hombre.

Alto lo veo y cabal,
Con el alma comedida,
Capaz de no alzar la voz
Y de jugarse la vida.

Nadie con paso más firme
Habrá pisado la tierra;
Nadie habrá habido como él
En el amor y en la guerra.

Sobre la huerta y el patio
Las torres de Balvanera
Y aquella muerte casual
En una esquina cualquiera.

No veo los rasgos. Veo,
Bajo el farol amarillo,
El choque de hombres o sombras
Y esa víbora, el cuchillo.

Acaso en aquel momento
En que le entraba la herida,
Pensó que a un varón le cuadra
No demorar la partida.

Sólo Dios puede saber
La laya fiel de aquel hombre;
Señores, yo estoy cantando
Lo que se cifra en el nombre.

Entre las cosas hay una
De la que no se arrepiente
Nadie en la tierra. Esa cosa
Es haber sido valiente.

Siempre el coraje es mejor,
La esperanza nunca es vana,
Vaya pues esta milonga
Para Jacinto Chiclana.